Cepas de sensualidad

Cuando te leía, tu imagen se me atravesó en la mente. Tu ahí, tendida entre las sabanas revueltas, agonizando de deseo, y unos dedos que no te dejaban respirar y te ahogaban llenando de sensaciones tu vientre. Esos dedos perdidos entre tus piernas, desgarrando el deseo que te llevaba por dentro, yo, como un fantasma flotando dentro de tu cuarto, mirándote desde de lo alto y sólo con un deseo en mi mente, materializarme y convertirme para tomar el lugar de tus dedos. Mientras, abrías tus piernas para recoger mi boca, para enterrarme con tus manos en tu sexo delirante, hundirme en el jugo que escapaba, y tomar tu sabor como ofrenda al sol que entraba por tus ventanas. Sentir temblar tu vientre mientras me apodero de su esencia, de esa que se escapa entre tus labios vaginales a borbotones y gemidos delirantes y dormidos, envuelta en la fiebre que te calienta desde dentro, sentir como serpentean tus caderas tras cada embestida, tomar tus senos y apretarlos con mis manos buscando t...