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Mostrando entradas de noviembre 3, 2022

¡¿Allô...?! (A partir de la novena semana con Sindel Avefenix)

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A partir de esa sensualidad que nos habita y un corto llamado telefónico, volvimos a sentir esa chispa que a veces se apaga con lo cotidiano y monótono de la vida; Ese diario vivir que sucunbe a las llamas del aburrimiento. -Allô Me aceptó, que sin querer, empezó a sentir que la excitación iba en aumento mientras yo le musitaba bajo y profundo, todas las zafiedades que se me ocurrían;  Conscientemente, empezó a imaginar lo que hacía, mientras me oía por el auricular, y empezó a hacer lo que le pedía: -Moja tu dedo en tu boca e imagina que es mi sexo... Recuerda el sabor y como pulsa al excitarse-. Obedeció, sintiendo el sabor del sexo en su boca y lo que producía el pulso cuando lo atrapaba entre sus labios. Empezó a introducir y sacar los dedos  excitada. Sentía que su sexo palpitaba abajo, y se iba mojando, mientras imaginaba mi cuerpo desnudo al otro lado del teléfono. No aguantó más y sus dedos bajaron por su cuerpo; Una mano se quedó prendida en sus senos jugueteando con la coron

Soledad

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Hoy los pinceles permanecen secos, sin vida, entre sus hilos se esconden azules permanentes y ocres cansados, no logran suavizar sus crines, la pintura se reparte en grumos de verdes azulados... amarillos tristes que no dejan de buscar su color. Secos, están secos, la trementina no logra suavizar sus cerdas. La paleta de colores empastada, luce oscura, no distingo los colores, me pesa el alma entre morados, entre rojos coloniales y oscuros negros funebres. Mis manos duelen, sienten como los clavos perforan un reumatismo incansable, los tubos lloran colores aceitosos que no logran aderirse firme a la tela. Mmmmm, las pastilla es cada vez más amarga, no distingo los colores, las malditas pastillas los hacen borrosos a mis ojos... son pinceles cansados, las paletas viejas y los oleos secos. Los rostros son agrietados en mis pinturas, aunque trato de suavizarlos con el plomo de sus componentes. La gente ríe al verlos, los retratos lucen cansados, sus ojos tristes y gruesos por la pintura s