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Mostrando entradas de marzo, 2010

" Amante Nómade"

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" Los secretos de la carne trémula, se escondía en los labios del beduino, aquel que después de recorrer en oscuras ropas el desierto con su rostro envuelto en sedas, abría la puerta sin hacer ruido,se acercaba al cuerpo desnudo de Andrea y suavemente mientras dormía, levantaba las telas que abrigaban su cuerpo, hasta dejar los senos de ella a la vista. Mojaba sus dedos con sus labios, y los pasaba suavemente sobre los alicaídos pezones dormidos rodeando las aureolas sonrosadas y lila intenso, el pezón emergía de sus carnes, dibujando rugosos granos. Ella trataba de cubrirlos, pero los diestros dedos del moro, se deslizaban entre sus senos recorriendo su piel que dejaba escapar pequeñas gotas de sudor tan trans parentes como el hielo, rodeaba el profundo ombligo que dividía su cuerpo entre el amor y el placer,hasta que se escabullía entre los vellos rizados de Andrea, quien empezaba a separar sus labios para esgrimir gemidos incontrolables de deseo, mientras su cuerpo se remecía

" La espera"

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"Esa ansiada espera que te va mojando por dentro, que va disparando tus pezones hasta alcanzar la dureza plena, que hace de agua mis labios mientras te imaginan desnuda parada en el portal. Ahí , abrigada por la luz que se cuela entre las rendijas de la vieja puerta, aquella que el sol se va comiendo al pasar de los años.... tus piernas tiemblan mientras tus dedos buscan liberar la pasión contenida entre esos pliegues que exudan un aroma intenso, mientras por tus muslos corre el testigo del deseo, ser alcanzada por dedos salvajes, que no dudaran en abrir tus labios vaginales para untarse de miel crisálida, espesa y profunda arrancada de tus entrañas por la pasión oculta del beduino que desnudo golpeará tu puerta para hacerte suyo, allá lejos quedaran las arenas muertas y doradas del desierto que alguna vez abrigó la soledad..." Don Juan de Marco

Néctares...

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" y suavemente pose mis labios sobre la crisálida y babeante flor que despertaba entre sus piernas, sus labios vaginales eran tan suaves como los pétalos de una rosa abierta. Punto por punto fui marcando cada brote de piel que se abria a mis besos... esencia que me transportaba al infinito, y aunque el boton se cerraba ... ante mis embestidas, finalmente se abrió para entregarme el polen lujurioso que su sexo liberaba, mi boca y mi nariz empapadas por los aromas y gustos que despedía...sus caderas se quebraban y sus piernas finalmente quedaron abiertas y entregadas al placer de la agonía... y desapareció entre sus gemidos, hasta acabar tirada entre las sábanas de raso verde. Me empine para entrar suavemente entre sus piernas mientras temblaban y al verla temblar bajo mis caderas,empujé con fuerza hasta alcanzar el fondo de su placer, la pequeña muerte la lacanzó y supo lo que era el goze de ser saboreada por un hombre con deseo infinito." Don Juan De Marco.