Ese estrecho Misterio.

Me deslicé sobre la cama. Mis dedos siguen bajando. Esta desnuda, suave y satinada. Todavía un poco sensible, pero no me desagrada su piel delicada. No hay prisa. Tras la mascara que cubre su rostro, noto la tensión subir, discretamente inevitable. Y con ella, vuelve a aparecer la imagen. Hay algo suave y húmedo en su piel. Algo que intenta rozar sobre mi boca. Retengo la respiración mientras observo el techo mudo. Sus caderas se levantan, mi boca se ajusta al delicado templo que se posa sobre ella. Beso, presiono, chupo, vuelvo. Otra vez. Otra vez. Su respiración se corta. Jadea. Su sexo se deja saborear, Quiere ir más lejos, dejarse toda, incluso lo que da miedo. Apretar hasta sentir el placer como hacía con sus dedos cuando era niña perdidos entre sus piernas. No tenía tiempo de avisarme. Pasase lo que pasase, debía segur bebiéndole... las lágrimas que brotan espesas, solas, porque mi lengua las provoca, también las sorbía. Mis labios ya están empapados. M...