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Mostrando entradas de agosto, 2024

Soñando a María...

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Esta noche tibia de primavera, donde los grillos anuncian la nueva vida, el ritual de apareamiento, la dulce temperatura de la noche, la imagino versando poemas eróticos, llenos de sensualidad. Me imagino hecho polvo entre sus cajones donde guarda su lencería llena seda y rasos; hilos infinitos que encajan finamente entre encajes, oliendo a su perfume; un perfume cálido y encendido que va humedeciendo el maravilloso punto de deseos. Dejo un día soñando a María. Sus sueños son inquietos imaginando mi cuerpo, mi figura escondida tras estas letras. Un pensamiento erótico de sus caderas danzando sutilmente entre sus encajes. Sus caderas de barquillo quebrándose delicadamente entre mis dedos. Sus gemidos mudos escondidos entre sus labios, sus eternos jadeos mágicos llenos de sensualidad. Sus redondos senos empujando las barbillas de su sostén. Esta noche viste de azul petróleo bajo la intimidad. Sus casquillos brotan entre los encajes empujando un deseo, y una gota de sudor rueda desde sus

Un verano de fotografía

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Como si se tratara de una migración de tortugas marinas, la vi nadando desde abajo, mientras se alejaba siguiendo la corriente... Su cuerpo desnudo era magia y reflejos del agua; Su sexo libre sembrando oscuridad, y sus senos, sus senos libres cual globos, flameaban uno al lado del otro, endureciendo sus casquillos como puntas de lanza; ondeaban libres en choque juguetón hundiendo y floreciendo cual magia brujera, ondulaban y agitaban , enarbolando su belleza perfecta. Sus nalgas movían ligeras olas alrededor de sus caderas, asomaban cada dos a tres, y sus carnes parecían lienzos de seda, suaves y blancos, enaltecidos por el turquesa de las aguas. Emergió para tomar un descanso sentada en las rocas que rodeaban el arrecife, donde los corales dibujaban el brillo de su vulva por los brillantes reflejos del sol. Emergí tras de ella, para asomar mi cabeza y hablarle... -Quien eres???, porque me sigues??- respondió asustada. -Neptuno el rey de los mares y dueño de estas aguas respondí, veng

Bebida...

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-No te apures... bésame.. besa mi vientre, recorre mi cintura..- Abrió su blusa dejando caer sus senos, como flotando en el espacio, como dos mágicas lunas... bese su piel suavemente, pasaba mi lengua por su ombligo, sintiendo como su cuerpo se arqueaba, por ahí debía seguir. Me movía entre su vientre y sus senos, mientras mis manos la recorrían con suavidad, mi lengua entraba y salía del hueco que a ella le hacía temblar y gemir suavemente, Su corazón se aceleraba y las uñas rasgaban en mi espalda. Abajo, las telas diminutas de su lencería mostraban una delicada humedad; Entonces sus manos acomodaron mi cabeza con ternura, dirigiendo mis besos hasta manantial que surgía imperceptible, acomodó su muslos para dejar entrar mi boca en ella. Me sumergí en su sexo buscando todo su intenso sabor. Empujaba con sus caderas hacia mis labios y se dejaba morder suavemente sobre la tela . Danzaba al ritmo que le daba mi boca, que aún se mantenían lejos del objetivo con esa piel húmeda que pront

Humedales.

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Ese día no se haría aseo en la casa, ni comida, ese día no se haría nada. El niño de la casa estaba enfermo y con fiebre y sería la prioridad. Llegó temprano y mis padres se fueron al trabajo. Poco después vendría ella a tomar la fiebre del niño que a ese momento marcaba 38°. Puso el termómetro entre las juveniles nalgas, y mientras esperaba, una mano entró por debajo de su falda, al sentir la tibieza y el juego de esos dedos, apretó inconscientemente sus piernas mientras temblaba. Entregada al juego bajo su rostro para besar y acariciar  delicadamente las turgentes nalgas, murmurando casi silente, lo mucho que le gustaban.  De los cuidados, fue de la curiosidad al deseo. Después de besar delicadamente mi espalda subiendo hasta mi cuello, se acercó a mi oído sugiriendo lo que deseaba; voltee para complacerla y sin yo hacer nada, envolvió con sus suaves dedos el tronco que allí se levantaba.  - mi niño ya es un hombre, y que suavidad y delicadeza hay en tus dedos.- Acercó su boca a la m