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Noche de aniversario.

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En la oscuridad las pisadas  se acercaban lentas e indecisas. Observé a través del espejo de la puerta, que había entornado milimétricamente buscando el ángulo perfecto para no perder detalle y gracias a las velas colocadas en la penumbra, como empujaba la puerta  cuidadosamente.  A pesar de la desconfianza que me provocaba la situación, avanzaba sobrecogido por el pasillo guiándome por esa luz que desde el fondo me dirigía. La buscaba en la oscuridad, intentaba ver el blanco de sus ojos, o una amplia sonrisa, pero lo único que atinaba a ver era mi propia figura reflejada en el cristal, deformado por el capricho de las llamas. A un lado, en el aparador, una nota apoyada en dos copas de vino. Me sentía atractivo en esa susceptibilidad que se apreciaba en mi rostro, algo tenso, a pesar de que sonreía mientras leía la nota “Tienes la bañera preparada. El agua está deliciosa. Iré enseguida”. lleve el vino a mi boca, pensativo con el papel aún en la mano.  Mirándome de nuevo en el espejo...

Dos perfectos desconocidos.

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Entramos en la habitación, era la primera vez que estábamos juntos, sin miedo ni pudor alguno, ella se arrodilló y colocó mi miembro en su boca, admito que nunca había conocido a una mujer que fuera capaz de tragarlo todo, yo solo podía guiar el ritmo de su cabeza tirando de sus cabellos. La tomé por el cuello apretándola suavemente contra la cama,  diciéndole que se desnudara, mientras jadeaba suavemente ahogada por mi sexo. Terminó de desnudarse, fue ahí que me acerque a ella, abrí sus piernas con mi rodilla procurando que esta rozara su sexo. Me incliné para besarla, y humedecer sus pliegues rozados humedecidos por su excitación. Desabrocho mi polar y poco a poco comencé a besar desde su cuello hasta sus pezones, en el recorrido, jugaba con su excitación, dando pequeños mordiscos alrededor de sus senos, mientras que con mis dedos jugaba en su entrepierna abierta por el deseo. Introducía mis dedos en ella, sintiendo como mi mano se empapaba dentro. Quebrando por sus caderas, mientras

Efervescente y Burbujeante. (Poesía erótika, alegoría)

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" Tu sexo; Pasión efervescente y burbujeante ,  Lista para recibir al invitado, con ambrosía y  pasión. Con borrascas y huracanes, con ríos a caudales,   Triangulo hermoso, infinito y placentero.  Cripta donde se esconde la pasión y el deseo. Vulva exquisita y adorable, con el clítoris de campanario, mudo testigo. Monte de venus florido que se esconde, Flor de pétalos de su mojado jardín, que  deseo con ansias beber y palpar Flor que me roba el aliento y las fuerzas, extenuandome hasta acabar. La pequeña muerte  bienvenida,   los gritos jadeantes del placer,  que hoy deseo sentir y saborear ." Juan De Marco.

Flor lasciva.

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Flor lasciva, néctar exquisito y delicioso, con el deseo insostenible de mi excitación emergiendo en el sobre mágico, donde se pierde mi erótico insondable. Sus senos de sabores suaves y gusto a caramelo y golosina. De su linda flor abotonada color rubi, rellena de sangre y deseo brotando de su piel ,rodeada de delicados pétalos sedosos, sabe a dioses, bebedero de ambrosía. Mil besos untados en el más delicado aroma a deseo, aroma de sabores, salivante néctar femenino. Todo su sensual y extasiado cuerpo sabe al elixir de su pudor que me fulmina. Desnuda entre sábanas, luce al jardín de esplendorosa vulgaridad embriagante. Rodeada de vellos vírgenes de brillante humedad.  De esa espesura se asoma tímido el punto de carne mojado, de aroma nítido y profundo, excitado. Pasión que crece cuando abre sus piernas, abismo que me domina, expuesta a ser bebida por mis labios y probada más allá de su profundidad, de calores como llamas mismas del infierno que me queman y seducen. Mi excitación vu

Cuento del coral .

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"...Y sus dedos conectaran con sus pensamientos, se hundieron en la arena despertando espíritus que se sentían dormidos. El tiempo se perdió entre las caricias, el mar se hizo más profundo hasta alcanzar los corales que corrían por su piel . No hubo tiempo de detener las corrientes que le movían hasta caer en el abismo más profundo, su propio abismo, sin recuerdos ni fondo. hasta que le envolvieron las algas que traía la corriente , sin darle tiempo a pensar. Las corrientes marinas se la llevaron al fondo quedando sólo su respiración agitada y su piel salada." Cuánto escarbaría para entrar en el más oscuro de tus deseos, no lo sé, pero lo ansío. Tu entre las sedas, mi alma entre tus piernas, mi boca húmeda por tu deseo. Mis ojos cerrados dejándose llevar por la marea. Juan de Marco. a la mujer de negro.

Húmedamente Celestial. (Relato de jueves)

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"Ella recordaba a solas ese instante que había vivido alguna vez entre mis labios, cuando sintió mi boca entre sus piernas. Un caramelo que se disolvía entre mis labios, mientras dentro de su sexo, brotaba el néctar más exquisito que jamás había probado. Cada una de mis recordadas embestidas, la convertía en el más delicioso y suave caramelo, jugoso e intenso ... Ella gemía en silencio, dejándose llevar por unos labios ansiosos de beberla, un recuerdo que en espiral, llenaba sus pensamientos . Mientras recordaba; los jugos más dulces recorrían su profunda humedad, alcanzando con sus dedos los labios suaves que suplicaban por volver a ser embestidos por mi boca hambrienta. Fluían en la mojada carne que los envolvía, hasta apagarse como una llama, jadeando entre los cuatro muros que hacían de cómplices, sin que nadie más allá de las paredes pudiera imaginar lo que en su mente dibujaba. Mientras afuera, en la calle, se escuchaban las voces de los mercaderes que anunciaban la frescura

Ansiedad, tiempo de espera.

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  Aunque tengo que reconocer que hace mucho que no le como el coño. Y no es porque no me guste, no, sino por pereza. Mucho más cómodo es que ella me haga un oral y luego se monte. Recreándome en la imagen, por un momento me siento tentado a dejar hacer, dejar que ella se encargue, pero pienso sobre las consecuencias y… ¿Quién me asegura que ella no acabara sustituyéndome por una maquinita ?. Debo evitarlo, el juguetito podría ser un enemigo. Hay que atacar antes de que se armen, para pillarles con las bragas abajo. Aunque no es una cuestión de atacar como un loco, sino de atacar para vencer. ¿Con qué? Con una comida de coño memorable que dejara al juguete ese, a la altura de un maní, pero ¿cómo conseguirlo? La respuesta me la dá, la técnica del vacío. Puedes chupar solo uno de sus labios vaginales o toda la vulva… aspira hasta apresar la carne y luego lame acariciando rítmicamente… no te centres en la pequeña cabeza ... Resumiendo: cómo chupar la concha de los caracoles, pero sin ro