Cotidiano


"Nada estaba completo hasta que separaba sus piernas, apretando delicadamente con sus muslos mi rostro.
Como una flor abierta, posaba su sexo sobre mi boca, mis manos se agarraban firmes a sus nalgas y bebían el más exquisito de los sabores, sin dejar ninguna posibilidad de liberarme... 
Era mi esclava, era su esclavo y ambos solíamos hacer el amor cada mañana...."

Don Juan de Marco,

Comentarios

  1. que bien escrito Me ha gustado
    algo asi vivi en mi pasado
    hoy e balance no volveria
    pero lo tuyo es perfecto
    gracias por compartirlo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

En mi jardín el deseo no tiene límites.

Entradas populares de este blog

La Cabecilla Roja...

Collage de un orgasmo. (septiembre con Ginebra)

"Mujer vinosa, mujer lujuriosa"... Mujeres. (Convocatoria 10 de Noviembre de Campirela)