Dime, a que sabe? A deseo? A hombre? A pasión desbordada? A sueños eróticos? Si supieras lo deseosa que está mi piel por encadenarse a la tuya? Tienes la llave del Olimpo de Medea...USALA. Eternamente amante tuya
" Siento un deseo irresistible, y no lo puedo evitar. Cuando estás desnuda no te puedo dejar de mirar, y son esos crespos negros los que enloquecen mi mente hasta el desvarío. Es justo ahí donde ahora dejaré mis labios pegados... y no me detendran tus suplicas. El sabor a fuego que destilas y ese olor que hay ahí, es droga para mí... ven dejame abrir suavemente tus piernas y beberte toda, hasta que no haya aliento para respirar. Moja de sal mis labios y aferrate a ellos como si fuera la última vez... Esa cabecilla roja que me lleva al infierno, es la que voy a atar para siempre a mis labios y que no soltaré hasta sentir que la muerte llega a tí..." Don Juan De Marco... deseo hasta enloquecer...
A los que se derrumban en su concavidad incandescente, saciando el hambre de carne cruda. No es tan sólo un triángulo de pincelada abstracta y negra entre los muslos, no es sólo un espacio mojado contra el fondo de tibia blancura. No es tan fácil seducirlo porque se esconde detrás de besos amorosos, de trazos de literatura. Es la letra sagrada del espíritu que se despliega sabia sobre el tiempo. Es el arca que contiene la alquimia de la especie; Los esclavos del deseo no lo sospechan cuando lamen la herida más antigua, cuando palpan la húmeda cicatriz de brillo mojado y sedoso o cuando se disuelven dentro de su vasija pronunciando un sortilegio. ... Vamos sonámbulos hacia la oscuridad exquisita de la noche, para observar radiantes cómo crece abierta al roce de nuestros dedos la pretérita flor húmeda y ancestral disolviéndonos hasta el éxtasis sombrío de su alma. Rodrigo Fúster Serendipia y Trazos de Ginebra
"... al resbalar por mi vientre, sentí que caería la noche, y cerré mis ojos para sentir como tu sexo envolvía el mío en tibiezas exquisitas...sentí tu piel mojándome las paredes erectas, y como me fundía dentro de ti, como el noble acero, a la espera de ser transformado... y fue justo en esa fracción de segundos que sentí como la oscuridad lo cubría todo... el fuego y el acero se transformaron en un sólo ser clamando el orgasmo único y final..." Don Juan De Marco... (Escucho a Medea entrando por el balcón)
" Que dulce provocación creas en mi cuerpo cuando abres tus piernas, y jugueteando con el clítoris entre tus dedos, me muestras la humedad que escapa de tu interior... que exquisita sensación cuando la posas sobre mis labios y juntando las piernas la aprietas contra mi... que tibieza más intensa cubre mis labios... que sabor provocador el que envenena mi boca... que esencia me das a probar... ven y déjame hartarme de ti, solo una vez más..." Don Juan De Marco, golosinas de Ayanay...
Nacer tras de tus rodillas mientras yaces desnuda; horizontal descanso dejándote llevar por el tiempo, no hay apuro. Mis manos inquietas suben suavemente siguiendo el camino. Subo por tus muslos largos y cansinos, y al tomar la curvatura de tus nalgas me detengo, suspirando alegorías, escuchando tus labios susurrando un gemido. Suavemente mis labios te buscan entre los pliegues del rincón más oscuro. Mi rostro se hunde en las fragancia del día, acariciando suavemente el vacío que las divide, tu fragancia me atrapa en un abismo de sensaciones, irse de boca es un deseo febril, hambriento por seguir la huella. Sigo el camino sinuoso y tibio de tu espalda, sine quan non, saboreando cada rincón de tu blanda explanada, exquisita espalda decorada con suave piel encendida; tus labios gimen despertando el silencio, mi mano tibia permanece entre tus carnes, agitando la vida. Vuelvo por el mismo camino hasta perderme en tu figura que antes recorrí sediento de orgasmos, buscando la vida. Tu...
Para esto, es necesario no buscar nada, no planificar objetivos comunes que no sean internos. Es fluir en el instante sin mente y dejarse llevar por la corriente del amor hasta fundirse en un solo cuerpo y llegar a sentirse tan bien, que no se quiere salir de ese estado, porque uno se siente tan vivo, que todo lo demás parece opaco y sin vida, eso es un regalo de vida tan grande que, inevitablemente, transforma la vida de cualquier ser humano que se determine a vivirlo. Y la vida vale la pena vivirse, porque reúnes tanta energía en ti, que la creatividad y la magia inundan tu espacio y te sientes, por fin, conectado con la energía del flujo universal que te da acceso a niveles superiores de consciencia que han estado esperando por ti. En tu ignorancia percibes el sexo y erotismo como un placer inherente a la vida, negándote la posibilidad de vivir, porque siempre habrá algo más importante "porqué vivir ". Es muy importante comprender que la semilla es la energía más elevada q...
Su pasión por cristo lo traía a la vida para convertirlo en carne, beber del sudor de su cuerpo. Los labios de la monja circundaron los pezones del Cristo. La religiosa extasiada por la aparición demostraba su adoración bajando con su boca por el cuerpo que no dejaba de temblar entre sus dedos, hasta colgarse del genero que cubría el sexo sagrado de aquella imagen, que tantas veces había imaginado en sus sueños. El vientre de Cristo entumecido por los labios de la monja se convertía en agua, mientras su sexo erecto se dejaba ver sin pudor en gloria y majestad. La monja temblando entre sus dudas, lo rodeó con sus dedos para sostener el sagrado miembro del que nunca se había hablado, y menos , alguna vez blasfemado. Tirando de la delicada piel que le cubría, lo besó con pasión y deseo, mientras que de los labios del Cristo hecho carne, se escapaban delicados gemidos. Con ternura y amor, casi mágicamente, los dedos de la monja liberaron, clavo a clavo, las manos y pies del Cristo, que ...
Esta noche tibia de primavera, donde los grillos anuncian la nueva vida, el ritual de apareamiento, la dulce temperatura de la noche, la imagino versando poemas eróticos, llenos de sensualidad. Me imagino hecho polvo entre sus cajones donde guarda su lencería llena seda y rasos; hilos infinitos que encajan finamente entre encajes, oliendo a su perfume; un perfume cálido y encendido que va humedeciendo el maravilloso punto de deseos. Dejo un día soñando a María. Sus sueños son inquietos imaginando mi cuerpo, mi figura escondida tras estas letras. Un pensamiento erótico de sus caderas danzando sutilmente entre sus encajes. Sus caderas de barquillo quebrándose delicadamente entre mis dedos. Sus gemidos mudos escondidos entre sus labios, sus eternos jadeos mágicos llenos de sensualidad. Sus redondos senos empujando las barbillas de su sostén. Esta noche viste de azul petróleo bajo la intimidad. Sus casquillos brotan entre los encajes empujando un deseo, y una gota de sudor rueda desde sus ...
"Soberbia, Avaricia, Lujuria, Ira, Gula, Envidia, Pereza; " Son las siete pasiones del alma que la tradición eclesiástica ha fijado como «pecados capitales». ¿Podemos imaginar el ser humano sin ellas? ¿El mundo sería mejor si estas inclinaciones no condicionaran nuestras actitudes? Desde las primeras obras de la tradición occidental hasta las más recientes, los pecados capitales han sido retratados en múltiples géneros y a través de perspectivas diversas; E n el cual tendrán cabida las ramificaciones literarias, artísticas, sociales y políticas de estas pasiones. Envíenme su texto o link en los comentarios, y tendré gusto de enlazar su blog para que sean leídos y compartamos un momento literario. Todos pueden participar en su estilo y género literario. restricciones Deben nombrarlos dentro del texto literalmente, y poner un límite de 345 palabras para que nos leamos todos y comentemos a cada uno de los relatores. Utilizar en link o enlace fotografía de las cerezas, para enla...
Nuestros rostros quedaron a la misma altura, su lengua buscó la mía hasta encontrarla, a la vez que movía sus caderas rozándose contra mí. Cogió mi cabeza con fuerza pegando su frente a la mía, sentía su aliento en la cara y sus primeros gemidos cuando comenzó a salir para volver a caer sobre mí, iniciando así un lento sube y baja con su cuerpo sobre el mío. Nuestra conversación se entrecortaba con jadeos, ella seguía dejando entrar y salir mi sexo lentamente, disfrutando el momento. Nuestras frentes seguían pegadas, su respiración y sus palabras en mi oído me derretían. El sudor lo mojaba todo, comenzó un juego en que aflojaba y presionaba a su antojo. Mi lengua recorrió cada milímetro de su rugosa piel, sus senos estaban duros y firmes, lo que facilitaba mis pequeños mordiscos que hacían que se estremeciese. Un gemido salió de su garganta, aferrándose con sus manos en la silla, se arqueo hacia atrás, moviéndose, haciendo que mi sexo saliera fuera del suyo.... se dejó cae...
Dime, a que sabe? A deseo? A hombre? A pasión desbordada? A sueños eróticos? Si supieras lo deseosa que está mi piel por encadenarse a la tuya? Tienes la llave del Olimpo de Medea...USALA.
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