Sacudiéndolo Todo.

"Cuando ella me pide que beba de su  cuerpo, que tome todo y lo transforme en un orgasmo... 
Cuando ella logra cierto grado de placer, cuando no debe de perder esa sensación, me quedo quieto y respiro muy cerca de su sexo. Mantengo mis ojos abiertos y la miro desde abajo, entre sus piernas, dejo que mi boca la abrace, y que mi lengua se deslice hasta tocarla sutilmente, como una gota que se deja caer, una y otra vez sobre la loza.El mismo e intenso movimiento, separando sus labios hasta verlos abiertos. 
Su cuerpo me avisa, esta en tensión y quieto, tiembla en momentos , como ecos en la oscuridad, sus ojos permanecen cerrados. Cuando siento que va a llegar, que va a tener un orgasmo, mantengo la presión.
 Ella inicia un movimiento rítmico contrayendo su vientre, suelta sus lágrimas vaginales y se aprieta entre mis labios. Aumentan las sensaciones. Dejo que mi nariz frote su pelvis y aumento la presión de mis lamidos sobre el clítoris soltando a pausas, para volver a presionar con más fuerza, su vientre dibuja olas, sus piernas se tensan y sus gemidos se abren en sonidos más ahogados. Cerca ya del final, aprisiona con sus piernas mi cabeza, procurando contener el punto preciso de presión y evitando que la suelte. 

Su cuerpo se vuelve sólo piel, es toda vulva y clítoris, sensaciones  que la rompen por dentro. Desaparezco de su mente, no hay nada más. Su espíritu se eleva.

Aparece ese cuadro abstracto de sensaciones, en colores no muy reales, es como si recibiera un golpe en su cabeza. Va a cruzar el umbral. Se rompen las costuras en chasquidos infinitos; muslos, vagina y glúteos, Me ahogan. Vibraciones que se vuelven torrentes... Contiene la respiración, el calor lo envuelve todo. Se pierde en la explosión,  todo estalla dentro, un hormigueo, miles de agujas  que se van clavando, como sables de placer. El cuerpo se separa del espíritu. Está, fuera de control... y se produce el desdoblamiento, viaja... todo su cuerpo entra en su piel. Sube por la espina dorsal, entra por la médula, sacudiéndolo todo en su cabeza, desaparece.

Su cuerpo queda tendido, es pura sensibilidad sobre las colchas y la magia se apodera de todo... esta exhausta... rendida... y sólo clama libertad..."


 Juan De Marco.