Vereda.

Mientras caminaba por el oscuro sendero de una vereda sin tiempo, sin luz, en una vieja caseta de bus, a lo lejos una mujer miraba insistentemente a un árbol que se mecía con el viento. Un aire rodeo cálido mi rostro al acercarme.
Dejaba volar mi imaginación mientras le miraba, podía sentir sus manos que firmes me agarraban con fuerza y me encontré en esa caseta abandonada en medio del parque con una desconocida, no tenía escapatoria, pero tampoco tenía intención de marcharme. 
Mi imaginación me congelaba en ese lugar mientras la veía con la vista fija en la luna. Me acerqué a ella, comenzó a acariciar sus piernas, mientras las miraba apasionadamente.
Ya a su lado y casi sin ver ni sentir, sus manos se acercaron a la hebilla de mi pantalón, me desvistieron despacio, quedándome quieto a sus caprichos. A ambos nos brillaba la mirada. Jugueteó con sus manos, haciendo que me excitase.
Entre sus dedos fui cediendo suavemente. Comenzó a saborear mi sexo y siguió deslizando su mano por él, mientras le miraba con unos ojillos que delataban que quería que esa noche, fuese eterna.
Un día sin rumbo, en el cotidiano del paisaje, una mirada perdida, un instante de luz.

Juan De Marco.

Comentarios

  1. Un instante de luz, que a mi se me antoja una explosión de fuegos artificiales.

    Rodrigo un placer leerte.
    Saludos .

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  2. En aquella caseta lo cotidiano tuvo nombre propio, placer y deseo a partes iguales.
    Abrazos Gustab.

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  3. Hay instantes, tan espontáneos y cotidianos, como intensos y pasionales, que quisiéramos fuesen eternos…

    Un placer, amigo.
    Abrazos, y feliz noche.

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  4. Que instantes mas sublimes, para retenerlos en la retina del alma.

    Un placer leerte.

    Un abrazo.

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  5. Los instantes son la flor de la vida.
    Abrazo fuerte

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  6. Qué suerte que tienes que siempre sin bien recibidos tus avances, sin quejas ni palabras, van directo a lo que les importa, jajaja. Un abrazo

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  7. La imaginación se fusionó intensamente con la realidad, en un marco de belleza cotidiana.
    Bien contado.

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  8. Solo luz? Yo lo veo más como un vendaval de petardos. Muy bien contado, gracias por sumarte, besos.

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En mi jardín el deseo no tiene límites.

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