Desnuda...(memorias a Medea)

 

Y así, simplemente desnuda, ataviada de transparencias, me abrazo para bailar frente al espejo. Su imagen infinita reflejando pura sensualidad y energía; sus redondas nalgas vibrando entre mis dedos, mientras su senos rozaban mi pecho, hizo infinito el tiempo, ocupando todo el espacio que quedaba libre en mi cabeza.
No había vuelta atrás cuando su aroma embrujo mi alma, y su sabor mi boca. La estrecha distancia entre los sexos, hizo que todos los sentidos se unieran en un ritual de sexo y erotismo. Nada había que pensar, sólo vivir ese tiempo inexistente de carencias y deseos, un universo paralelo que nos acercaba a nuestra irreal percepción del intervalo que nos permitía la libertad de acariciarnos sin pudor, de sentir, que en tan sólo un momento, seríamos uno.
El universo nos encerró en una burbuja, donde el mundo y la vida desaparecía a nuestro alrededor convirtiéndonos en energía y luz... donde la humedad bañaría nuestros cuerpos convirtiéndonos en agua; Un reguero de agua que al alcanzar el pequeño canal, nos llevaría al rio, para terminar en el mar.
En ese océano, en el que un día, nos ahogaríamos sin temer al final...
Esa fue nuestra historia de idas y venidas, sabiendo cual sería el final de nuestra existencia espiritual, para convertir la carne en deshielos de palabras que nunca se debieron decir cuando nos separábamos por enésima vez, siempre diciendo, que nos volveríamos a encontrar.
El orgasmo fue el fin del tiempo, del espacio que supuestamente compartíamos y ocupábamos sin saber cuando desaparecería. Sus besos cerraron sellando mis labios para siempre sin prometernos un final.
Desde el 2011 no se nada de ella, Medea desapareció sin decirme adiós. Si alguien sabe de ella y porque se fue, sólo díganme que sigue en este plano sexual donde conocí la mas bellas e impúdicas escenas del tiempo que perdí.
Rodrigo Fúster, en busca del cáliz perdido.

" Agua de Luna... y apareció ella, y sin más, se sentó en la silla de batro, abrió sus piernas y subió su falda hasta las caderas, hizo a un lado su ropa interior sin siquiera sacarla... y gimió con sus labios pintados de bordeaux...
- Anda, bebe el agua de luna que hoy te ofrezco para que pruebes mi sabor... -
Y el jugo nació entre sus labios vaginales invitándome a recogerlo a pequeños sorbos... con tan sólo probar, se deshizo entre mis labios dejando escapar ronroneos de placer... babeaba el deseo entre sus piernas."

Don Juan De Marco, elíxir de Lunna

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