Junco.

Forniquemos a más no poder, hasta que nuestras vidas se agoten de tanto placer; complaciendo los caprichos y sentires de la carne, en ese baile infinito de ser en la plenitud…
Déjate llevar tu también, protégete del otoño; El deseo no tiene piedad, ni límites.
¿Hay mejor perfume que ese cuando dos cuerpos se seducen así?
Dulce y exquisito aroma emana; dos cuerpos que destilan deseo. 
Imposible saciarse, cuando siempre se quiere más. No eres la única que nunca está saciada del todo...
Un beso nunca es suficiente.... anda dámelo, yo te dejo uno de esos de sabores ricos... No no, no se puede, serías un pecado. Que te coma, que te sacie, que te harte de placer, como el junco que se dobla por el agua .

Rodrigo Fuster

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