Mis juegos con Elena.
Cuando su cuerpo salió del agua, las telas de sus bragas se habían adherido a su sexo llano. Mi ojos no querían alejarse de esa hermosa visión... sus brazos se cruzaban cubriendo sus nacientes pechos, y dos casquillos empezaban a brotar. El frío le hizo pedir que le abrazara, sin lugar a dudas, lo más exquisito que había he hecho en mi vida. Y nos fuimos recuperando del frío, a la espera de que nuestra ropa interior se secara, con el poco sol que iba quedando.
Sus dedos empezaron a juguetear con su sexo, y sus piernas se fueron abriendo al baile de sus dedos, yo estaba extasiado. Su rostro, no se, si se desfiguraba o tomaba la forma más exquisita que había visto. Ese Brillo en sus ojos, y la delicadeza con que lo tocaba, cada movimiento parecía suceder en otra dimensión. Sus dientes se dibujaban apretando sus labios y su rostro se fue languideciendo de a poco, sus ojos se cerraban a cada caricia que ella le daba a su sexo. Sus pequeños pezones se disparaban y sus pechos se redondeaban. Su vientre dibujaba bellas figuras serpenteantes. Los gemidos eran dulces ronroneos.
Su espalda se apoyó sobre mi, y su calor fue mojando mi cuerpo...el ritmo de su corazón era increíble, ese olor que sentía en el aire me envolvía. Llevó uno de sus dedos a mis labios y me hizo probar y oler, yo reía nervioso pero encantado de su fragancia... de pronto, su cuerpo se dobló y un gemido se ahogó entre sus labios, su cuerpo temblaba como una hoja en otoño queriendo escapar de las ramas, y tendiéndose sobre mis rodillas me pidió que agitara mi sexo hasta que yo sintiera lo mismo... a los pocos instantes, el semen brotó entre mis dedos saltando lejos, y parte de él, cayendo sobre sus manos que me acariciaban las rodillas... Ambos nos sorprendimos del resultado de ese juego... y se quedó mirándome a los ojos un poco asustada...
Con eso, que parecía denso al tacto entre sus dedos... luego una risotada saltó en el aire ... y ella se llevó los dedos a la boca para probar su sabor...
Juan De Marco
Qué eróticos e intensos son siempre tus textos, son un deleite para los sentidos.
ResponderEliminarUn beso.
La intensidad te la da la vida, y de muy niño fui grabando cada relato e mi mente... a veces la soledad también me acompaña , pero esos momentos me sentir que la vida tiene un sentido
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